La boda (nuevo panel)
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La boda (nuevo panel)
Michelle_de_Cameron Miér Nov 19, 2008 11:35 pm
El sol empezaba a levantarse ya frente a las almenas del Dragón de Acero, y Drackon se asomó al balcón de sus aposentos. Era ésta una costumbre adquirida hacía mucho tiempo, y mientras los dos estuvieran en la Escuela, ninguno de los dos faltaban a la cita.
Abajo, en el jardín interior, Khrysta practicaba esgrima con su espada. Llevaba allí apenas unos minutos, pero nunca fallaba, lloviera o nevara, hiciera calor o frío, todos los amaneceres estaba allí, bajo las ventanas de Drackon. Ella sabía que él se asomaba a mirarla, y él sabía que ella lo sabía, desde que Khrysta había llegado a la Escuela. Era una especie de 'trato' no escrito entre ellos.
Sentía cierta sensación de triunfo al verla allí, sabiéndose vivo, y la guerra ganada, y la reconstrucción de los reinos en marcha tras la nueva paz. De todos modos, no tenía muy claro quién había 'cazado' a quién, y tenía la ligera impresión de que era él quien estaba metido hasta las fauces en la trampa.
Después de la victoria, él había querido casarse de inmediato, pero Khrysta se negó categóricamente. La primera excusa fue que no era decente celebrar una boda cuando aún estaban de duelo por los caídos. Drackon aceptó a regañadientes y aguardo tres meses. Cuando volvió a sacar el tema, ella volvió a negarse. Sus argumentos se basaban en que no era apropiado mientras no hubiera un sitio donde casarse, así que le obligó a apresurar las labores de reconstrucción.
Pero cuando todo estaba reconstruído (bueno, más o menos), ella había vuelto a darle largas. Exasperado, había consultado a Kyara, a Elwyna, y a todo ser del sexo femenino con e que pudiera hablar, y la respuesta siempre era la misma: Khrysta le estaba 'castigando' por tantos años de espera y dolor, con el legendario rencor que le daba su linaje de dragón. Así que el viejo saurio suspiró y se armó de paciencia.
Finalmente, tras unos cuantos tira y afloja, muchos gritos y más ruegos, y finalmente una declaración privada en toda regla en la que Khrysta le obligó a pedirle matrimonio con una rodilla en tierra, ella consintió en poner una fecha. Dentro de una semana.
Un suave toque en la puerta le espabiló.
- Pasa
Dereck abrió la puerta y entró con Lin Kuei, con un enorme fajo de papeles en la mano
- Padre, tenemos que comentar contigo ciertas cosas...
Drackon asintió, distraído en observar como Khrysta se echaba el blanco cabello hacia atrás y cambiaba la espada de mano para repetir toda la serie de ejercicios con la mano izquierda. Dereck miró al techo con resignación y se sentó. El viejo maestro de artes marciales fingió interesarse en los papeles
- Es sobre la lista de invitados
El drackoniano le miró por encima del hombro, suspicaz
- Dereck, hijo, por tu tono deduzco que no quiero saber nada de ese asunto
- Pues tienes que querer. He hecho una lista provisional con el maestro Kuei, y necesitamos comentarla contigo. Deberíamos invitar a... - empezó a recitar una interminable lista de reyes, nobles, altos cargos militares, embajadores de diversas razas...
Drackon alzó una garra, asombrado
- Pero por qué demonios tiene que venir tanta gente?
- Bueno, eres el Maestro del Dragón de Acero y paladín de Kyara... el protocolo y etc...
- Bueno... está bien, todo sea por el protocolo - gruñó - Cómo de malo va a ser?
- Hum... - el joven intentó escudarse tras los papeles, apurado
- Vamos, Dereck, di una cifra
- Algo más... de tres mil personas... - musit처 con un hilo de voz
- QUÉ! - Drackon se quedó lívido
Lin Kuei empezó a reírse en voz baja
- Me se de una damita que no se va a sentir nada complacida
- Demonios! - Drackon se puso aún más lívido al pensar en cómo iba a reaccionar Khrysta cuando le dijera que a SU boda iban a ir más de tres mil personas. Ya le empezaba a doler la cabeza en prevención de la bronca. Miró acusadoramente a su hijo adoptivo y al maestro Kuei - Sabéis que va a asesinarme, Cómo le voy a explicar esto?
- Bueno, esos son los invitados oficiales...
- Oficiales???
- Si... porque hay que contar con todos los cuerpos diplomáticos, sus escoltas, parte de la corte, el clero... Demonios, padre, por qué no os fugais??
- Porque Khrys me mataría si le sugiero 'casarnos a escondidas' - gruñó, luego suspiró con resignación - Bueno, seguid contándome... espero no morirme de una apoplejía antes de que termineis
Abajo, en el jardín interior, Khrysta practicaba esgrima con su espada. Llevaba allí apenas unos minutos, pero nunca fallaba, lloviera o nevara, hiciera calor o frío, todos los amaneceres estaba allí, bajo las ventanas de Drackon. Ella sabía que él se asomaba a mirarla, y él sabía que ella lo sabía, desde que Khrysta había llegado a la Escuela. Era una especie de 'trato' no escrito entre ellos.
Sentía cierta sensación de triunfo al verla allí, sabiéndose vivo, y la guerra ganada, y la reconstrucción de los reinos en marcha tras la nueva paz. De todos modos, no tenía muy claro quién había 'cazado' a quién, y tenía la ligera impresión de que era él quien estaba metido hasta las fauces en la trampa.
Después de la victoria, él había querido casarse de inmediato, pero Khrysta se negó categóricamente. La primera excusa fue que no era decente celebrar una boda cuando aún estaban de duelo por los caídos. Drackon aceptó a regañadientes y aguardo tres meses. Cuando volvió a sacar el tema, ella volvió a negarse. Sus argumentos se basaban en que no era apropiado mientras no hubiera un sitio donde casarse, así que le obligó a apresurar las labores de reconstrucción.
Pero cuando todo estaba reconstruído (bueno, más o menos), ella había vuelto a darle largas. Exasperado, había consultado a Kyara, a Elwyna, y a todo ser del sexo femenino con e que pudiera hablar, y la respuesta siempre era la misma: Khrysta le estaba 'castigando' por tantos años de espera y dolor, con el legendario rencor que le daba su linaje de dragón. Así que el viejo saurio suspiró y se armó de paciencia.
Finalmente, tras unos cuantos tira y afloja, muchos gritos y más ruegos, y finalmente una declaración privada en toda regla en la que Khrysta le obligó a pedirle matrimonio con una rodilla en tierra, ella consintió en poner una fecha. Dentro de una semana.
Un suave toque en la puerta le espabiló.
- Pasa
Dereck abrió la puerta y entró con Lin Kuei, con un enorme fajo de papeles en la mano
- Padre, tenemos que comentar contigo ciertas cosas...
Drackon asintió, distraído en observar como Khrysta se echaba el blanco cabello hacia atrás y cambiaba la espada de mano para repetir toda la serie de ejercicios con la mano izquierda. Dereck miró al techo con resignación y se sentó. El viejo maestro de artes marciales fingió interesarse en los papeles
- Es sobre la lista de invitados
El drackoniano le miró por encima del hombro, suspicaz
- Dereck, hijo, por tu tono deduzco que no quiero saber nada de ese asunto
- Pues tienes que querer. He hecho una lista provisional con el maestro Kuei, y necesitamos comentarla contigo. Deberíamos invitar a... - empezó a recitar una interminable lista de reyes, nobles, altos cargos militares, embajadores de diversas razas...
Drackon alzó una garra, asombrado
- Pero por qué demonios tiene que venir tanta gente?
- Bueno, eres el Maestro del Dragón de Acero y paladín de Kyara... el protocolo y etc...
- Bueno... está bien, todo sea por el protocolo - gruñó - Cómo de malo va a ser?
- Hum... - el joven intentó escudarse tras los papeles, apurado
- Vamos, Dereck, di una cifra
- Algo más... de tres mil personas... - musit처 con un hilo de voz
- QUÉ! - Drackon se quedó lívido
Lin Kuei empezó a reírse en voz baja
- Me se de una damita que no se va a sentir nada complacida
- Demonios! - Drackon se puso aún más lívido al pensar en cómo iba a reaccionar Khrysta cuando le dijera que a SU boda iban a ir más de tres mil personas. Ya le empezaba a doler la cabeza en prevención de la bronca. Miró acusadoramente a su hijo adoptivo y al maestro Kuei - Sabéis que va a asesinarme, Cómo le voy a explicar esto?
- Bueno, esos son los invitados oficiales...
- Oficiales???
- Si... porque hay que contar con todos los cuerpos diplomáticos, sus escoltas, parte de la corte, el clero... Demonios, padre, por qué no os fugais??
- Porque Khrys me mataría si le sugiero 'casarnos a escondidas' - gruñó, luego suspiró con resignación - Bueno, seguid contándome... espero no morirme de una apoplejía antes de que termineis
Última edición por Michelle_de_Cameron el Miér Nov 19, 2008 11:44 pm, editado 1 vez (Razón : ortografía)
Michelle_de_Cameron- Admin
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Escrito por Michelle
Michelle_de_Cameron Miér Nov 19, 2008 11:46 pm
Mientras tanto...
Khrysta entró en sus aposentos, llevando la espada envainada en la mano, pero se detuvo en el umbral al ver a Elwyna, Nessa, Kair y Kyara apalancadas en sus sillones.
- Buenos días, mis señoras - las saludó, con la caballerosa educación inculcada férreamente - Muy temprano os habéis levantado para venir a asediarme. A qué debo el honor de esta encerrona?
Kyara esbozó una beatífica sonrisa
- Te casas dentro de una semana, querida, y hay detalles que debemos arreglar.
- Ah, bien, entiendo... de ese detalle estáis hablando?
Señaló con la vaina la inmensa montaña de telas de diferentes tonos de blanco que estaban sobre la mesa. Nessa y Kair rieron, mientras Elwyna explicaba
- Bueno, hay que pensar en tu vestido de novia...
- En ese caso, podéis tirar todos esos trapos.
- Trapos??
Khrysta colgó la espada en la panoplia dispuesta a tal efecto sobre la chimenea
- No pienso llevar algo tan ridículo como un vestido.
- Y con qué piensas casarte??
- Con armadura, por supuesto. El vestido se lo puede poner Drackon si quiere
Nessa y Kair estallaron en carcajadas. Kyara y Elwyna parecieron escandalizadas por un momento, pero la imagen del inmenso drackoniano vestido con un traje blanco de bodas pudo con ellas. Instantáneamente las cuatro damas se mondaban de risa en sus asientos hasta que se les saltaron las lágrimas, mientras la mestiza las miraba con cierta ingenuidad, sin comprender demasiado bien qué tenía de gracioso lo que había dicho.
Khrysta entró en sus aposentos, llevando la espada envainada en la mano, pero se detuvo en el umbral al ver a Elwyna, Nessa, Kair y Kyara apalancadas en sus sillones.
- Buenos días, mis señoras - las saludó, con la caballerosa educación inculcada férreamente - Muy temprano os habéis levantado para venir a asediarme. A qué debo el honor de esta encerrona?
Kyara esbozó una beatífica sonrisa
- Te casas dentro de una semana, querida, y hay detalles que debemos arreglar.
- Ah, bien, entiendo... de ese detalle estáis hablando?
Señaló con la vaina la inmensa montaña de telas de diferentes tonos de blanco que estaban sobre la mesa. Nessa y Kair rieron, mientras Elwyna explicaba
- Bueno, hay que pensar en tu vestido de novia...
- En ese caso, podéis tirar todos esos trapos.
- Trapos??
Khrysta colgó la espada en la panoplia dispuesta a tal efecto sobre la chimenea
- No pienso llevar algo tan ridículo como un vestido.
- Y con qué piensas casarte??
- Con armadura, por supuesto. El vestido se lo puede poner Drackon si quiere
Nessa y Kair estallaron en carcajadas. Kyara y Elwyna parecieron escandalizadas por un momento, pero la imagen del inmenso drackoniano vestido con un traje blanco de bodas pudo con ellas. Instantáneamente las cuatro damas se mondaban de risa en sus asientos hasta que se les saltaron las lágrimas, mientras la mestiza las miraba con cierta ingenuidad, sin comprender demasiado bien qué tenía de gracioso lo que había dicho.
Michelle_de_Cameron- Admin
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Mensaje de Drackon
Michelle_de_Cameron Jue Nov 20, 2008 12:17 am
Drackon pudo escaparse un momento de tanto alboroto. Llegó a la cocina, uno de los únicos lugares que no estaban en ebullición a causa de la boda, de momento.
Se sento en un robusto taburete mientras esperaba a que la tetera que había puesto a hervir empezara a silbar. Un té le relajaría, pero mejor puso una olla, le haría falta mucho té. Empezó a acariciarse la cicatriz del ojo, ahora ya casi sanada. El trato con Thakisis empezaba a surtir efecto en él y su prometida. Lo hablaría con ella en la noche de bodas, con más calma. Escuchó un leve tintineo detrás suyo, y por instinto, lanzó un cuchillo que había encima de la mesa.
Por suerte para Alraune, sus reflejos le salvaron de tener que llevar un parche en el ojo. Se recuperó del susto y bajó el cuchillo, comprendiendo el susto de su padre y los nervios.
- Y pensar que te podemos hacer una fiesta sorpresa. Menuda masacre.
- Muy gracioso jovencito. Anda siéntate a tomar el té conmigo.
- Está bien padre.
La imagen parecía algo cómica: Dos enormes drackonianos sentados en taburetes tomando el té en una cocina humana. Tras el primer sorbo, Drackon advirtió que su hijo ya era más voluminoso y fuerte que él. Los años pesan, y más en alguien de 15000 años. Pero ver a su hijo grande y fuerte le colmaba de satisfacción y alegría.
- Alraune, cuando me case, me llevaré a Khrysta lejos, y necesito un nuevo Rector para el Dragón de Acero.
- ¿No estarás pensando?...
- Sí, Thornaquil llevará la escuela, y tú le sustituirás, ya mereces ser un Maestro....
Se sento en un robusto taburete mientras esperaba a que la tetera que había puesto a hervir empezara a silbar. Un té le relajaría, pero mejor puso una olla, le haría falta mucho té. Empezó a acariciarse la cicatriz del ojo, ahora ya casi sanada. El trato con Thakisis empezaba a surtir efecto en él y su prometida. Lo hablaría con ella en la noche de bodas, con más calma. Escuchó un leve tintineo detrás suyo, y por instinto, lanzó un cuchillo que había encima de la mesa.
Por suerte para Alraune, sus reflejos le salvaron de tener que llevar un parche en el ojo. Se recuperó del susto y bajó el cuchillo, comprendiendo el susto de su padre y los nervios.
- Y pensar que te podemos hacer una fiesta sorpresa. Menuda masacre.
- Muy gracioso jovencito. Anda siéntate a tomar el té conmigo.
- Está bien padre.
La imagen parecía algo cómica: Dos enormes drackonianos sentados en taburetes tomando el té en una cocina humana. Tras el primer sorbo, Drackon advirtió que su hijo ya era más voluminoso y fuerte que él. Los años pesan, y más en alguien de 15000 años. Pero ver a su hijo grande y fuerte le colmaba de satisfacción y alegría.
- Alraune, cuando me case, me llevaré a Khrysta lejos, y necesito un nuevo Rector para el Dragón de Acero.
- ¿No estarás pensando?...
- Sí, Thornaquil llevará la escuela, y tú le sustituirás, ya mereces ser un Maestro....
Michelle_de_Cameron- Admin
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Mensaje de Kair
Michelle_de_Cameron Jue Nov 20, 2008 12:17 am
esa noche Kair salio de la escuela.. la capucha le ocultaba el rostro, pero si alguien la hubiese comtemplado habria visto un destello travieso en sus amarillos ojos.
enfilo su montura por las adokinadas calles del mercado.. hasta ke vio el cartel ke buscaba...
entro .
de madrugada entro sigilosa en el gran salon de la escuela.. se desplomo en un sillon y se kito las botas poniendo los pies encima de la mesa...
-ya esta todo, solo keda el ultimo toke- dijo para si
a su lado un saco bastante abultado.
enfilo su montura por las adokinadas calles del mercado.. hasta ke vio el cartel ke buscaba...
entro .
de madrugada entro sigilosa en el gran salon de la escuela.. se desplomo en un sillon y se kito las botas poniendo los pies encima de la mesa...
-ya esta todo, solo keda el ultimo toke- dijo para si
a su lado un saco bastante abultado.
Michelle_de_Cameron- Admin
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Edad : 39 -
Mensaje de Michelle
Michelle_de_Cameron Jue Nov 20, 2008 12:23 am
Mientras Kair se relajaba, Elwyna y Kyara entraron en el salón, hablando entre si. Al verla se acercaron para sentarse a su lado.
- ¿Sabes la última?
Kair miró a Elwyna con suspicacia
- Me da miedo ese tono. ¿Qué pasa?
- Khrysta nos acaba de amenazar de muerte.
La hechicera la miró, sin parecer demasiado impresionada.
- Conociéndola, no es nada nuevo. Amenaza de muerte a todo lo que se mueve al menos dos veces al día. Eso es señal de que está de buen humor. ¿Por qué ha sido esta vez?
- No quiere despedida de soltera. Dice que ya es suficientemente vergonzoso tener que casarse con testigos como para encima que le armemos una fiesta.
Kyara suspiró
- Creo que nadie la ha avisado aún de que a su boda van a venir más de 3000 personas
- Que lo haga Drackon, tiene la piel más dura - dijo Nessa, apareciendo de repente de la nada con una gran sonrisa - La acabo de ver buscando a Dereck
- ¿Por qué es tan.... así? - rezongó la diosa, malhumorada. Elwyna esbozó una sonrisita
- Es una chiquilla muy insegura. No le gusta su aspecto, no le gusta la cicatriz que le cruza la cara, no le gusta que la observen porque está convencida de que es un monstruo horrible, y se siente muy incómoda siendo el centro de atención.
- Drackon tiene trabajo antes de la boda entonces, porque de ninguna manera esa chica va a casarse con armadura
- Pues alguna tendrá que hablar con él...
__________________
Dereck tragó saliva al ver a su futura madrastra dirigiéndose hacia él con una mirada asesina
- Tú. Ven aquí
El joven Caballero Gris se pasó la mano por el cuello, repentinamente la camisa le estaba muy justa
- S-sí...?
- Te prohíbo terminantemente que le organiceis una despedida de soltero a Drackon.
- P-pero es tradición...
- Lo máximo que voy a aceptar es que hagais reunión de machos para beber e intercambiar batallitas. Pero como me entere de que colais a una de esas pelanduscas bailarinas orientales para amenizaros el rato, os pasaré a todos a cuchillo. Y no os cortaré precisamente la garganta
Dereck tragó saliva de nuevo
- Se lo diré a Alraune
Khrysta esbozó una sonrisa traviesa y le dio una palmadita en la mejilla
- ¿Ves? Sabia que ibas a entrar en razón muy pronto
- ¿Sabes la última?
Kair miró a Elwyna con suspicacia
- Me da miedo ese tono. ¿Qué pasa?
- Khrysta nos acaba de amenazar de muerte.
La hechicera la miró, sin parecer demasiado impresionada.
- Conociéndola, no es nada nuevo. Amenaza de muerte a todo lo que se mueve al menos dos veces al día. Eso es señal de que está de buen humor. ¿Por qué ha sido esta vez?
- No quiere despedida de soltera. Dice que ya es suficientemente vergonzoso tener que casarse con testigos como para encima que le armemos una fiesta.
Kyara suspiró
- Creo que nadie la ha avisado aún de que a su boda van a venir más de 3000 personas
- Que lo haga Drackon, tiene la piel más dura - dijo Nessa, apareciendo de repente de la nada con una gran sonrisa - La acabo de ver buscando a Dereck
- ¿Por qué es tan.... así? - rezongó la diosa, malhumorada. Elwyna esbozó una sonrisita
- Es una chiquilla muy insegura. No le gusta su aspecto, no le gusta la cicatriz que le cruza la cara, no le gusta que la observen porque está convencida de que es un monstruo horrible, y se siente muy incómoda siendo el centro de atención.
- Drackon tiene trabajo antes de la boda entonces, porque de ninguna manera esa chica va a casarse con armadura
- Pues alguna tendrá que hablar con él...
__________________
Dereck tragó saliva al ver a su futura madrastra dirigiéndose hacia él con una mirada asesina
- Tú. Ven aquí
El joven Caballero Gris se pasó la mano por el cuello, repentinamente la camisa le estaba muy justa
- S-sí...?
- Te prohíbo terminantemente que le organiceis una despedida de soltero a Drackon.
- P-pero es tradición...
- Lo máximo que voy a aceptar es que hagais reunión de machos para beber e intercambiar batallitas. Pero como me entere de que colais a una de esas pelanduscas bailarinas orientales para amenizaros el rato, os pasaré a todos a cuchillo. Y no os cortaré precisamente la garganta
Dereck tragó saliva de nuevo
- Se lo diré a Alraune
Khrysta esbozó una sonrisa traviesa y le dio una palmadita en la mejilla
- ¿Ves? Sabia que ibas a entrar en razón muy pronto
Michelle_de_Cameron- Admin
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Mensaje de Drackon
Michelle_de_Cameron Jue Nov 20, 2008 12:27 am
Alraune paseaba por las almenas bastante enfadado. ¿POr qué el maestro Thornaquil y no él? Tenía todo el derecho, suya era la sangre que poseía, y nadie más. Al ver a varios jóvenes con un molinillo de viento, se calmó su idea, y comenzó a recapacitar con más aplomo. Puños de Plata era el Maestro con más edad de la escuela, y el amigo más viejo de Drackon. Gran honor sería ocupar su puesto.
Siguió observando a los críos que jugaban plácidamente, en verdad le daban envidia. Nunca ha tenido una infancia fácil, y menos ahora una edad supuestamente madura. Nessa lo encontró en las almenas.
- ¿Qué haces ahí solo?
- ¡Oh!, nada, solo...
- Mm, si es raro. Ver como una persona que ha sido como tu hermana, se case con tu padre, es curioso. Aunque para tí es como una madre. Y... no sé. Ahora, sin tener que preocuparnos de Nightmare ni de nadie importante. bueno, ¿y qué vas a hacer?
- Padre quiere Thornaquil diriga la escuela, y yo ocupe el lugar de éste como Maestro.
- ¡Eso es fantástico!
-Si, supongo, no sé. Nessa, ¿alguna vez has soñado con una vida feliz?
- Claro, como todos. Pero una vida feliz es prácticamente imposible. Aún así, no me arrepiento de haber vivido lo que he vivido, ni de haber estado junto a todos vosotros.
- Gracias Nessa. Y... ¿Que pasa cuando quieres algo y no parece que lo vayas a conseguir?
Ella sonrió al comprender a qué se refería. Todos sabían que el joven drackoniano estaba loco por Kair, pero ella no mostraba mucho interés.
- Está en el salón, y las cosas de palacio van despacio, así que ante todo se paciente y un caballero.
- Pero si fui armado con....
- No me refiero a eso tonto. Anda, mejor ve a hablar con Dereck, él te dirá. ¿dónde está tu padre?
El enorme reptil señaló la cocina, y tan solo después de unos cinco minutos después de que Nessa haya entrado, se escuchó un enorme y agudo grito:
- ¿¿¿¡¡¡3000 INVITADOS!!!???
Siguió observando a los críos que jugaban plácidamente, en verdad le daban envidia. Nunca ha tenido una infancia fácil, y menos ahora una edad supuestamente madura. Nessa lo encontró en las almenas.
- ¿Qué haces ahí solo?
- ¡Oh!, nada, solo...
- Mm, si es raro. Ver como una persona que ha sido como tu hermana, se case con tu padre, es curioso. Aunque para tí es como una madre. Y... no sé. Ahora, sin tener que preocuparnos de Nightmare ni de nadie importante. bueno, ¿y qué vas a hacer?
- Padre quiere Thornaquil diriga la escuela, y yo ocupe el lugar de éste como Maestro.
- ¡Eso es fantástico!
-Si, supongo, no sé. Nessa, ¿alguna vez has soñado con una vida feliz?
- Claro, como todos. Pero una vida feliz es prácticamente imposible. Aún así, no me arrepiento de haber vivido lo que he vivido, ni de haber estado junto a todos vosotros.
- Gracias Nessa. Y... ¿Que pasa cuando quieres algo y no parece que lo vayas a conseguir?
Ella sonrió al comprender a qué se refería. Todos sabían que el joven drackoniano estaba loco por Kair, pero ella no mostraba mucho interés.
- Está en el salón, y las cosas de palacio van despacio, así que ante todo se paciente y un caballero.
- Pero si fui armado con....
- No me refiero a eso tonto. Anda, mejor ve a hablar con Dereck, él te dirá. ¿dónde está tu padre?
El enorme reptil señaló la cocina, y tan solo después de unos cinco minutos después de que Nessa haya entrado, se escuchó un enorme y agudo grito:
- ¿¿¿¡¡¡3000 INVITADOS!!!???
Última edición por Michelle_de_Cameron el Jue Nov 20, 2008 12:30 am, editado 1 vez (Razón : ortografia)
Michelle_de_Cameron- Admin
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Mensaje de Michelle
Michelle_de_Cameron Jue Nov 20, 2008 12:30 am
- ¡CANCELA ESTE DESPROPÓSITO!
- Pero... Khrys... querida...
- ¡¡DRACKON!!
El enorme drackoniano se encogió como un cachorrillo ante la ira de su futura esposa. Sabía que iba a reaccionar de ese modo, pero había creído conveniente decírselo antes de encontrarse ante el altar y que le asesinara delante de tres millares de personas. El hecho de que Kyara le hubiera sugerido que hablara con ella tenía poca importancia.
- Se razonable, por favor. El protocolo...
- ¿¡Sabes dónde puedes meterte el protocolo...!?
Drackon se acercó a ella en dos pasos, antes de que empezara de nuevo a gritar y hacer aspavientos, y la tomó por los hombros para obligarla a mirarle. Entonces se dio cuenta de que los ojos de Khrysta estaban llenos de angustia.
- Khrysta, ¿qué te ocurre? Nos hemos enfrentado a números mayores antes y no pasó nada.
- No era mi boda... Drackon, esto no va a salir bien, no deberías casarte conmigo... No te merezco, tú te mereces a alguien mucho mejor que yo...
El drackoniano tragó saliva, desconcertado. Después de obligarle a pedírselo de rodillas, y después de tanto marearle, ahora salía con esas? Ni siquiera le había dejado tocarla, salvo algún abrazo inocente, jamás había habido nada... físico. No aún, ella quería esprar, y él lo respetaba, después de todo estaba chapado a la antigua.
- Khrysta, amada, sabes que no es cierto... por favor, no pienses así, soy afortunado por tenerte. Ahora deja de pensar esas cosas y ayúdame con las listas...
-¡¡LISTAS!! ¡¡QUE OS DEN A TI Y A TUS MALDITAS LISTAS!! ¡¡CANCELA LA BODA!! - se fue dando un portazo, indignada. Drackon suspiró.
Ahí estaban otra vez. Él era un drackoniano sencillo, ¿por qué las mujeres eran tan complicadas? Todos esos giros, y cambios de humor, le volvían loco y no de la mejor manera. Al menos no le había tirado la vajilla encima como la última vez. Decidió ir a buscar a alguna de las mujeres para que le dijera qué demonios hacer con su díscola prometida antes de que todo se fuera al garete.
- Pero... Khrys... querida...
- ¡¡DRACKON!!
El enorme drackoniano se encogió como un cachorrillo ante la ira de su futura esposa. Sabía que iba a reaccionar de ese modo, pero había creído conveniente decírselo antes de encontrarse ante el altar y que le asesinara delante de tres millares de personas. El hecho de que Kyara le hubiera sugerido que hablara con ella tenía poca importancia.
- Se razonable, por favor. El protocolo...
- ¿¡Sabes dónde puedes meterte el protocolo...!?
Drackon se acercó a ella en dos pasos, antes de que empezara de nuevo a gritar y hacer aspavientos, y la tomó por los hombros para obligarla a mirarle. Entonces se dio cuenta de que los ojos de Khrysta estaban llenos de angustia.
- Khrysta, ¿qué te ocurre? Nos hemos enfrentado a números mayores antes y no pasó nada.
- No era mi boda... Drackon, esto no va a salir bien, no deberías casarte conmigo... No te merezco, tú te mereces a alguien mucho mejor que yo...
El drackoniano tragó saliva, desconcertado. Después de obligarle a pedírselo de rodillas, y después de tanto marearle, ahora salía con esas? Ni siquiera le había dejado tocarla, salvo algún abrazo inocente, jamás había habido nada... físico. No aún, ella quería esprar, y él lo respetaba, después de todo estaba chapado a la antigua.
- Khrysta, amada, sabes que no es cierto... por favor, no pienses así, soy afortunado por tenerte. Ahora deja de pensar esas cosas y ayúdame con las listas...
-¡¡LISTAS!! ¡¡QUE OS DEN A TI Y A TUS MALDITAS LISTAS!! ¡¡CANCELA LA BODA!! - se fue dando un portazo, indignada. Drackon suspiró.
Ahí estaban otra vez. Él era un drackoniano sencillo, ¿por qué las mujeres eran tan complicadas? Todos esos giros, y cambios de humor, le volvían loco y no de la mejor manera. Al menos no le había tirado la vajilla encima como la última vez. Decidió ir a buscar a alguna de las mujeres para que le dijera qué demonios hacer con su díscola prometida antes de que todo se fuera al garete.
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Mensaje de Drackon
Michelle_de_Cameron Jue Nov 20, 2008 12:34 am
Khrysta estaba subida al tejado del torreón, con las piernas recogidas y las alas abrazándola. Una pose que siempre doptaba en momentos de crisis o abatimiento. Miraba al horizonte, con un atisbo de lágrimas en los ojos. Ni siquiera su futuro marido la comprendía como ella deseaba.
Al otro lado del Dragón de Acero, Drackon no paraba de darle vueltas a la cabeza. ¿Por qué ahora no quería? No alcanzaba a su comprensión. Tantos milenios luchando que ahora desconocía qué era tener una relación como ésta. Quería intentar entender, sólo quería hacerla feliz. Pero cada vez que daba un paso adelante, ella daba uno atrás. Salió de su ensimismamiento al ver a Nessa aparecer.
- ¿Tu también me vas a gritar sin motivo aparente?
- No padre, vengo a echar una mano a un viejo reptil.
La conversación duró bastante tiempo, larga y tendida.
El maestro Thornaquil, ya llegado a una avanzada edad sonrió para sí. Estuvo andando durante un buen rato, con la espalda encorvada, el rostro cansado y todo el pelo blanco y anciano como la nieve. Y por fin vió quien quería felicitar.
El tejado estaba invlinado, pero aún así el viejo kavu lupino lo recorrió como un silencioso gato. Aún así, Khrysta lo escuchó.
- Por favor, déjame maestro Puño de Plata. no quiero ver a nadie.
- Qué curioso, pensaba que era al revés.
- ¿Cómo dices?
- khrysta, mi pequeña cachorra salvaje. Tu crees que que no quieres ver a nadie, pero lo que realmente te atormenta es que te vean los demás. Mírate, eres hermosa, estás sana, y tienes una familia que te quiere, ¿Qué mas quieres?
- ¡Mírame Maestro, soy un monstruo!
El viejo lobo se acercó aún más a ella, olfateandola como haría antaño, y sus cejas peludas y pobladas se juntaron en un quejido gesto.
- Mmmmm, yo no veo ningún monstruo, ¿Acaso Drackon y Alraune, o Nessa, o Kair lo son, solo por ser diferentes? ¿Lo soy yo?
- No maestro, pero yo no soy natural.
- Todo es natural, siempre y cuando creas en tí. Como Drackon lo hace, siempre lo ha hecho.
- Pero... ¿3000 invitados?
- Detalle sin importancia. Escucha a tu viejo Lobo. Ya es hora de disfrutar de la vida, despreocuparse y aprovechar los buenos momentos. Hay un dicho: El Ayer es historia, el mañana, un misterio: Sin embargo el Hoy es un regalo.
Al darse la vuelta, Thornaquil susurró el final del proverbio.
- Por eso se le llama presente...
Y saltó del tejado con la sutileza de una suave brisa
Al otro lado del Dragón de Acero, Drackon no paraba de darle vueltas a la cabeza. ¿Por qué ahora no quería? No alcanzaba a su comprensión. Tantos milenios luchando que ahora desconocía qué era tener una relación como ésta. Quería intentar entender, sólo quería hacerla feliz. Pero cada vez que daba un paso adelante, ella daba uno atrás. Salió de su ensimismamiento al ver a Nessa aparecer.
- ¿Tu también me vas a gritar sin motivo aparente?
- No padre, vengo a echar una mano a un viejo reptil.
La conversación duró bastante tiempo, larga y tendida.
El maestro Thornaquil, ya llegado a una avanzada edad sonrió para sí. Estuvo andando durante un buen rato, con la espalda encorvada, el rostro cansado y todo el pelo blanco y anciano como la nieve. Y por fin vió quien quería felicitar.
El tejado estaba invlinado, pero aún así el viejo kavu lupino lo recorrió como un silencioso gato. Aún así, Khrysta lo escuchó.
- Por favor, déjame maestro Puño de Plata. no quiero ver a nadie.
- Qué curioso, pensaba que era al revés.
- ¿Cómo dices?
- khrysta, mi pequeña cachorra salvaje. Tu crees que que no quieres ver a nadie, pero lo que realmente te atormenta es que te vean los demás. Mírate, eres hermosa, estás sana, y tienes una familia que te quiere, ¿Qué mas quieres?
- ¡Mírame Maestro, soy un monstruo!
El viejo lobo se acercó aún más a ella, olfateandola como haría antaño, y sus cejas peludas y pobladas se juntaron en un quejido gesto.
- Mmmmm, yo no veo ningún monstruo, ¿Acaso Drackon y Alraune, o Nessa, o Kair lo son, solo por ser diferentes? ¿Lo soy yo?
- No maestro, pero yo no soy natural.
- Todo es natural, siempre y cuando creas en tí. Como Drackon lo hace, siempre lo ha hecho.
- Pero... ¿3000 invitados?
- Detalle sin importancia. Escucha a tu viejo Lobo. Ya es hora de disfrutar de la vida, despreocuparse y aprovechar los buenos momentos. Hay un dicho: El Ayer es historia, el mañana, un misterio: Sin embargo el Hoy es un regalo.
Al darse la vuelta, Thornaquil susurró el final del proverbio.
- Por eso se le llama presente...
Y saltó del tejado con la sutileza de una suave brisa
Michelle_de_Cameron- Admin
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Mensaje de Kair
Michelle_de_Cameron Jue Nov 20, 2008 12:36 am
Khrysta en enfilo el pasillo cuando oyo las voces de las chicas en el salon.. abrio la puerta y las tres se kedaron mudas en el instante.. Kair abrio los ojos como platos.. cogio el saco ..
- si? ya voy!! me llaman chicas, ya hablaremos mañana.. bufff mira ke tarde!! - dijo la pelirroja algo alterada.. y sin mas salio corriendo
Khrys la miro extrañada
-kien la llamaba si yo no e oi.... Kair!!! -
la futura novia se temio lo peor.. si alguien era capaz de tener lo ke hacia falta para organizarla algo esa era la pelirroja. ademas estaba en su sangre lo de incordiar.
-ke estais tramando- dijo poniendose en medio de la puerta delante de las otras dos.
Kair subio corriendo las escaleras con el saco a cuestas.. cuando llego a un rellano dejo el saco en el suelo y tomo aliento.
- si llega a descubrir el contenido de esto... buff me mata de 100 maneras distintas antes de ke acabe la noche..-
volvio a tomar su carga y abrio una puerta secreta en una pared de las escaleras.
entro, saco el contenido del saco y con mucho cuidado lo colgo en un maniqui.
-un vestido digno de una reina... ahora solo falta convencerla de ke se lo ponga..- dijo
-eso no te lo crees ni tu!-
- si? ya voy!! me llaman chicas, ya hablaremos mañana.. bufff mira ke tarde!! - dijo la pelirroja algo alterada.. y sin mas salio corriendo
Khrys la miro extrañada
-kien la llamaba si yo no e oi.... Kair!!! -
la futura novia se temio lo peor.. si alguien era capaz de tener lo ke hacia falta para organizarla algo esa era la pelirroja. ademas estaba en su sangre lo de incordiar.
-ke estais tramando- dijo poniendose en medio de la puerta delante de las otras dos.
Kair subio corriendo las escaleras con el saco a cuestas.. cuando llego a un rellano dejo el saco en el suelo y tomo aliento.
- si llega a descubrir el contenido de esto... buff me mata de 100 maneras distintas antes de ke acabe la noche..-
volvio a tomar su carga y abrio una puerta secreta en una pared de las escaleras.
entro, saco el contenido del saco y con mucho cuidado lo colgo en un maniqui.
-un vestido digno de una reina... ahora solo falta convencerla de ke se lo ponga..- dijo
-eso no te lo crees ni tu!-
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Mensaje de Michelle
Michelle_de_Cameron Jue Nov 20, 2008 12:38 am
Drackon se dirigió con cansancio a sus aposentos, pero algo más animado tras la charla con Nessa. Ya era noche cerrada, y el Dragón de Acero estaba en silencio. Y en cuanto abrió la puerta, se llevó la sorpresa más grande de su vida .
(Bueno, la primera sorpressa más grande de su vida fue cuando Khrysta a los 14 años le mandó rodando por el suelo de un empujón)
Allí, sentada en el enorme sillón del drackoniano y con expresión un poco insegura, le esperaba su prometida. Cambiada. El largo cabello blanco, que normalmente llevaba trenzado, caía suelto ahora, dándole un aspecto algo más inocente, y en vez de la armadura llevaba una túnica muy fina, de un tono azul intenso que hacía juego con sus ojos. Evidentemente se sentía muy tonta, y muy vulnerable, y el drackoniano no quiso ni pensar cuánto valor le habría costado a ella presentarse así ante él sin la protección del acero.
- Drackon... lo siento... - sollozó ella, levantándose del sillón, las alas caídas como señal de lo afligida que se sentía, y el miedo al rechazo que sentía
(Bueno, la primera sorpressa más grande de su vida fue cuando Khrysta a los 14 años le mandó rodando por el suelo de un empujón)
Allí, sentada en el enorme sillón del drackoniano y con expresión un poco insegura, le esperaba su prometida. Cambiada. El largo cabello blanco, que normalmente llevaba trenzado, caía suelto ahora, dándole un aspecto algo más inocente, y en vez de la armadura llevaba una túnica muy fina, de un tono azul intenso que hacía juego con sus ojos. Evidentemente se sentía muy tonta, y muy vulnerable, y el drackoniano no quiso ni pensar cuánto valor le habría costado a ella presentarse así ante él sin la protección del acero.
- Drackon... lo siento... - sollozó ella, levantándose del sillón, las alas caídas como señal de lo afligida que se sentía, y el miedo al rechazo que sentía
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Mensaje de Drackon
Michelle_de_Cameron Jue Nov 20, 2008 12:43 am
No pudo resistirlo más, el viejo saurio que llevaba tanto tiempo mostrando una voluntad de hierro, se dejó encandilar por la belleza y la pureza de su prometida. La abrazó con toda la dulzura que jamás se imaginó que pudiera haber volcado en una mujer. Le acarició el pelo con suavidad, y la trajo más hacia sí. Ella se dejó llevar entre sollozos, pero lo que notaban los dos era algo más que amor, notaban paz dentro de si mismos.
Ninguno dijo nada, era un momento perfecto. Aquella noche ocurrieron cosas maravillosas en aquel torreón. Cosas que cambiarían el destino de Gaia para siempre.
Pero mientras en la torre de Drackon el amor ebullía por sus grietas, en las zonas inferiores parecía hervir una actividad más social. Risas, jarras chocando y música envolvían el salón del Recuerdo, algunos eran invitados de ámbito político, pero la gran mayoría eran los amigos de Drackon, y algunos incluso viejos alumnos del Dragón de Acero. Dereck y Alraune estaban algo inmersos en la bebida, aunque en distinta medida. Mientras el nuevo Maestro de Armas se había tomado dos buenas jarras de cerveza, el inmenso drackoniano ya había dado cuenta de tres barriles. Aún así, y para diversión de Nessa, verles algo borrachos era algo digno de ver. Kyara presidía la mesa con una gran sonrisa, después de mucho tiempo, se sentía feliz y contenta. Kair por su parte estaba relajándose y descansando de tener un mastodonte de un cuarto de tonelada entregándole flores. Se sentía halagada, pero Alraune era... en fin, era Alraune, además, le recordaba un montón a Drackon en cuanto a facciones, y eso la echaba atrás. Aún así, le intrigaba y le caía muy bien.
Algunos de los allegados, como Rogar Barbabermeja, estaba haciendo una buena digestión después de devorar media mesa, o el chamán Troll Vugfist disfrutaba del tabaco reserva especial del viejo Drackon. Pero Dereck casi se queda sin aliento al verla a ella...
- No puede ser.... Irella.
El amor de su infancia, Irella Tigria, hizo acto de presencia, seguida de su marido, Malraine, aunque los dos bien distantes. A nadie le extrañaba, pues ese matrimonio era político, y para suerte de Irella, Malraine no tenía intención de tener descendencia, aunque otros opinaban cosas muy distintas. La que fue entonces una chiquilla encantadora era ahora una preciosa mujer. De largos cabellos dorados, y unos ojos azules que hipnotizaban al más pintado mortal. Cuando ella se quedó mirando a Dereck, ambos tuvieron una especie de escalofrío, y ambos detuvieron el tiempo en sus miradas. Nessa interrumpió aquel momento mágico, pues el aguardiente que invadía gran parte de su torrente sanguíneo ya se apoderó de ella.
- ¡Irella, como estás, vaya estás estupenda!
- ¡Nessa, estás... ¿Borracha?!
- No.... ej que la sena me ha shentado fatalll. ¿Has vishto a los demáshh?
- Aín no, ¿Esta Kair por aquí?...
Los saludos entre viejos compañeros fueron muy cálidos para con Irella, con Malraine no tanto, pero cuando se encontraron cara a cara Dereck e Irella, el tiempo volvió a detenerse. Se estaban mirando fijamente a los ojos, recordando un sentimiento hace mucho tiempo olvidado y enterrado. La voz de la condesa de Tigria fue un leve susurro dulce y lleno de calidez.
- Dereck...
- Irella...
Malraine tiró fuertemente de su mujer oliéndose la situación. Ambos se miraron con tal odio que se podría haber destilado ácido de esa conexión de miradas. Sus saludos fueron secos, de pura educación nada más.
- Maestro Tudellar...
- Conde de Tigria...
La fiesta continuó sin muchos más incidentes, salvo que un tauren bebido como una cuba se cayó encima de la fogata, y no repararon en pomada contra las quemaduras.
Ninguno dijo nada, era un momento perfecto. Aquella noche ocurrieron cosas maravillosas en aquel torreón. Cosas que cambiarían el destino de Gaia para siempre.
Pero mientras en la torre de Drackon el amor ebullía por sus grietas, en las zonas inferiores parecía hervir una actividad más social. Risas, jarras chocando y música envolvían el salón del Recuerdo, algunos eran invitados de ámbito político, pero la gran mayoría eran los amigos de Drackon, y algunos incluso viejos alumnos del Dragón de Acero. Dereck y Alraune estaban algo inmersos en la bebida, aunque en distinta medida. Mientras el nuevo Maestro de Armas se había tomado dos buenas jarras de cerveza, el inmenso drackoniano ya había dado cuenta de tres barriles. Aún así, y para diversión de Nessa, verles algo borrachos era algo digno de ver. Kyara presidía la mesa con una gran sonrisa, después de mucho tiempo, se sentía feliz y contenta. Kair por su parte estaba relajándose y descansando de tener un mastodonte de un cuarto de tonelada entregándole flores. Se sentía halagada, pero Alraune era... en fin, era Alraune, además, le recordaba un montón a Drackon en cuanto a facciones, y eso la echaba atrás. Aún así, le intrigaba y le caía muy bien.
Algunos de los allegados, como Rogar Barbabermeja, estaba haciendo una buena digestión después de devorar media mesa, o el chamán Troll Vugfist disfrutaba del tabaco reserva especial del viejo Drackon. Pero Dereck casi se queda sin aliento al verla a ella...
- No puede ser.... Irella.
El amor de su infancia, Irella Tigria, hizo acto de presencia, seguida de su marido, Malraine, aunque los dos bien distantes. A nadie le extrañaba, pues ese matrimonio era político, y para suerte de Irella, Malraine no tenía intención de tener descendencia, aunque otros opinaban cosas muy distintas. La que fue entonces una chiquilla encantadora era ahora una preciosa mujer. De largos cabellos dorados, y unos ojos azules que hipnotizaban al más pintado mortal. Cuando ella se quedó mirando a Dereck, ambos tuvieron una especie de escalofrío, y ambos detuvieron el tiempo en sus miradas. Nessa interrumpió aquel momento mágico, pues el aguardiente que invadía gran parte de su torrente sanguíneo ya se apoderó de ella.
- ¡Irella, como estás, vaya estás estupenda!
- ¡Nessa, estás... ¿Borracha?!
- No.... ej que la sena me ha shentado fatalll. ¿Has vishto a los demáshh?
- Aín no, ¿Esta Kair por aquí?...
Los saludos entre viejos compañeros fueron muy cálidos para con Irella, con Malraine no tanto, pero cuando se encontraron cara a cara Dereck e Irella, el tiempo volvió a detenerse. Se estaban mirando fijamente a los ojos, recordando un sentimiento hace mucho tiempo olvidado y enterrado. La voz de la condesa de Tigria fue un leve susurro dulce y lleno de calidez.
- Dereck...
- Irella...
Malraine tiró fuertemente de su mujer oliéndose la situación. Ambos se miraron con tal odio que se podría haber destilado ácido de esa conexión de miradas. Sus saludos fueron secos, de pura educación nada más.
- Maestro Tudellar...
- Conde de Tigria...
La fiesta continuó sin muchos más incidentes, salvo que un tauren bebido como una cuba se cayó encima de la fogata, y no repararon en pomada contra las quemaduras.
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Y continuo por fin
Michelle_de_Cameron Jue Nov 20, 2008 12:50 am
Horas después
Drackon se levantó sin hacer ruido de la cama, y se acercó un momento a la ventana para echar un vistazo. El ruido y la música que llegaban del salón no habían menguado en lo más mínimo, y eso le tranquilizaba en cierto modo. No quería que nadie fuera a molestarle, no quería que nadie rompiera la cálida burbuja de felicidad que con tanto mimo habían conseguido levantar Khrysta y él esa noche.
Volvió la cabeza para mirarla, y no pudo evitar sonreir. Ella dormía, hecha un ovillo en la cama y las alas descuidadamente extendidas, boca abajo como solía dormir siempre debido al dolor que aún le provocaba a veces su cola amputada. La sábana yacía olvidada en el suelo, y exhibía su blanca desnudez sin ser consciente de ello, inocente como una niña y profundamente dormida, evidentemente se sentía a salvo allí. De estar despierta seguramente estaría cubriéndose con toda su timidez, avergonzada, pero ahora eso estaba olvidado.
Volvió a acercarse a ella, aunque tenía la ligera impresión de que no todo en el salón debía ir bien, pero en ese momento... Khrysta se giró, echándose de lado, y Drackon se olvidó de todo.
Drackon se levantó sin hacer ruido de la cama, y se acercó un momento a la ventana para echar un vistazo. El ruido y la música que llegaban del salón no habían menguado en lo más mínimo, y eso le tranquilizaba en cierto modo. No quería que nadie fuera a molestarle, no quería que nadie rompiera la cálida burbuja de felicidad que con tanto mimo habían conseguido levantar Khrysta y él esa noche.
Volvió la cabeza para mirarla, y no pudo evitar sonreir. Ella dormía, hecha un ovillo en la cama y las alas descuidadamente extendidas, boca abajo como solía dormir siempre debido al dolor que aún le provocaba a veces su cola amputada. La sábana yacía olvidada en el suelo, y exhibía su blanca desnudez sin ser consciente de ello, inocente como una niña y profundamente dormida, evidentemente se sentía a salvo allí. De estar despierta seguramente estaría cubriéndose con toda su timidez, avergonzada, pero ahora eso estaba olvidado.
Volvió a acercarse a ella, aunque tenía la ligera impresión de que no todo en el salón debía ir bien, pero en ese momento... Khrysta se giró, echándose de lado, y Drackon se olvidó de todo.
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La fiesta se pasa de marrón oscuro...
drackon Sáb Nov 22, 2008 4:24 pm
Mientras muchos seguían con un estado de embriaguez superior a lo admitido... Dereck no podía. No cuando la única mujer que le había robado el corazón y le hizo sentir feliz de verdad estaba en el mismo lugar que él. Ni siquiera quería ahogar las penas en alcohol pensando que su único amor estaba casada con la persona que más odiaba. Se levantó de la mesa con resignación y se dirigió a los establos. Ahí recordó que recibió el primer beso con Irella, y arriba, en el observatorio, fue cuando se dio cuenta por primera vez de que estaba enamorado de ella. Subió con nostalgia y una sonrisa melancólica los peldaños. Recordando momentos buenos, difíciles, y alguna pérdida. Cuando abrió la puerta, no pudo imaginar a quién se encontró.
- Irella, ¿Qué haces aquí?
- Al igual que tú, recordar tiempos mejores.
- Bueno, pareces estar.... francamente bien.
No podía evitarlo, aún seguía actuando como ese niño tímido ante ella, por lo que Irella no pudo evitar reir.
- Sigues siendo el mismo. No cambias, "ojos tristes"
El viejo mote cariñoso de siempre... A Dereck parecía que se le estaba derritiendo el corazón
- Tú tampoco, "risa cándida"
Ambos rieron bastante más relajados, y Dereck no pudo evitar la pregunta:
- ¿Qué tal te va con Malraine?
- yo... bien, supongo.... No, dioses, es un asco Dereck, soy una Reveladora de la Verdad y vivo rodeada de mentiras... No lo aguanto, ni si quiera me ha querido dar hijos... Por el Dios Dragón Dereck, tienes que ayudarme...
- ¿Yo, cómo?
La pobre mujer no pudo evitarlo, y volvió a caer en los brazos del hombre que aún amaba, y ál se sintió feliz de nuevo, en ese intenso abrazo que fue yendo a más a cada paso...
Mientras, en una de las bodegas, Alraune estaba finiquitando un barril de vino, bebiéndolo a lo bestia, lo arrojó y lanzó un sonoro eructo, para después observar algo que subía al Torreón, espada en mano. Puede que estuviera borracho, pero su instinto le decía que no era buena señal...
Malraine abrió de una patada la puerta de una habitación, descubriendo lo que ya sospechaba, había pillado a su mujer en brazos de otro.
- ¡Lo sabía, sabía que iba a pasar, si lo sé no venimos, te voy a destripar Tudellar!
- ¡Eh!
El malhumorado marido engañado se dió la vuelta, viendo a un drackoniano borracho con los brazos en alto.
- Iros de aquí, Alraune, esto no os atañe.
- Me da igual Mal... Rin... Cómo gustéis, si alzáis la espada contra mi tío, os la veréis conmigo...
El muchacho estaba tambaleándose, parecía una broma de mal gusto.
- ¿Tú? Mírate, para ser hijo de Drackon, eres patético...
El puñetazo que le lanzó Alraune fue como un cañonazo en plena cara de Malraine, volando hasta una pared, y cayó como un trapo. Dereck se levantó asustado a y encorelizado a partes iguales.
- ¡Alraune, animal qué has hecho!
El joven dijo lo que un borracho y un niño siempre dicen: la verdad.
- Lo que teníassss que haberrr hexo hace muuuucho tiempo...
- Irella, ¿Qué haces aquí?
- Al igual que tú, recordar tiempos mejores.
- Bueno, pareces estar.... francamente bien.
No podía evitarlo, aún seguía actuando como ese niño tímido ante ella, por lo que Irella no pudo evitar reir.
- Sigues siendo el mismo. No cambias, "ojos tristes"
El viejo mote cariñoso de siempre... A Dereck parecía que se le estaba derritiendo el corazón
- Tú tampoco, "risa cándida"
Ambos rieron bastante más relajados, y Dereck no pudo evitar la pregunta:
- ¿Qué tal te va con Malraine?
- yo... bien, supongo.... No, dioses, es un asco Dereck, soy una Reveladora de la Verdad y vivo rodeada de mentiras... No lo aguanto, ni si quiera me ha querido dar hijos... Por el Dios Dragón Dereck, tienes que ayudarme...
- ¿Yo, cómo?
La pobre mujer no pudo evitarlo, y volvió a caer en los brazos del hombre que aún amaba, y ál se sintió feliz de nuevo, en ese intenso abrazo que fue yendo a más a cada paso...
Mientras, en una de las bodegas, Alraune estaba finiquitando un barril de vino, bebiéndolo a lo bestia, lo arrojó y lanzó un sonoro eructo, para después observar algo que subía al Torreón, espada en mano. Puede que estuviera borracho, pero su instinto le decía que no era buena señal...
Malraine abrió de una patada la puerta de una habitación, descubriendo lo que ya sospechaba, había pillado a su mujer en brazos de otro.
- ¡Lo sabía, sabía que iba a pasar, si lo sé no venimos, te voy a destripar Tudellar!
- ¡Eh!
El malhumorado marido engañado se dió la vuelta, viendo a un drackoniano borracho con los brazos en alto.
- Iros de aquí, Alraune, esto no os atañe.
- Me da igual Mal... Rin... Cómo gustéis, si alzáis la espada contra mi tío, os la veréis conmigo...
El muchacho estaba tambaleándose, parecía una broma de mal gusto.
- ¿Tú? Mírate, para ser hijo de Drackon, eres patético...
El puñetazo que le lanzó Alraune fue como un cañonazo en plena cara de Malraine, volando hasta una pared, y cayó como un trapo. Dereck se levantó asustado a y encorelizado a partes iguales.
- ¡Alraune, animal qué has hecho!
El joven dijo lo que un borracho y un niño siempre dicen: la verdad.
- Lo que teníassss que haberrr hexo hace muuuucho tiempo...
drackon- Mensajes : 19
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Edad : 40
Localización : Guadalajara
la boda, amores y viejos odios
drackon Dom Dic 07, 2008 6:17 pm
Drackon miraba a Khrysta con un amor tierno y dulce. Al verla desnuda ante la luz de la luna, se daba cuenta de que era tan hermosa que ni ella se fijaba en ello. La tapó con el edredón de pieles para que no cogiera frío... Ahora ambos eran vulnerables. Después de todo... Él hizo un pacto. Ya se lo contaría luego. Oyó algo extraño, y se vistió con su túnica habitual, asceta y simple. Llegó hasta el salón de convenciones, viendo a Irella, Dereck y Alraune. El viejo maestro veía los rostros de preocupación, se temía algo malo.... Lo primero que hizo fue abrazar a Irella.
- Hola pequeña, ¿cómo estás?
- Me alegro de verte, Maestro... Es que...
- Me lo estaba temiendo. Dereck... ¿Dónde está Malraine?
- Tumbado en una cama en el torreón, inconsciente por el puñetazo que le ha dado Alraune.
- ¡¿Qué!?
- Lo shieento papá.... esh que eshe dessgraciáo iba a hacerle daño al tíoo, y yo quieeero mucho al tío...
- Estás borracho como una cuba maldita sea... espero que no lo hayas matado... como tu madrastra se entere...
- Me he enterado...
Alraune tragó saliva al ver a Khrysta con una mirada que espantaría a un demonio del Caos, le agarró de uno de los cuernos y se lo llevó a su cara.
- ¡Menuda cogorza llevas jovencito!
- Khrysta, yo...
- Hola pequeña, ¿cómo estás?
- Me alegro de verte, Maestro... Es que...
- Me lo estaba temiendo. Dereck... ¿Dónde está Malraine?
- Tumbado en una cama en el torreón, inconsciente por el puñetazo que le ha dado Alraune.
- ¡¿Qué!?
- Lo shieento papá.... esh que eshe dessgraciáo iba a hacerle daño al tíoo, y yo quieeero mucho al tío...
- Estás borracho como una cuba maldita sea... espero que no lo hayas matado... como tu madrastra se entere...
- Me he enterado...
Alraune tragó saliva al ver a Khrysta con una mirada que espantaría a un demonio del Caos, le agarró de uno de los cuernos y se lo llevó a su cara.
- ¡Menuda cogorza llevas jovencito!
- Khrysta, yo...
drackon- Mensajes : 19
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Edad : 40
Localización : Guadalajara
Blablabla que estupidez poner titulo
Michelle_de_Cameron Dom Dic 07, 2008 6:28 pm
- Mientras tú te ocupas de esto, Drackon, yo le quitaré la borrachera a este cenutrio. Por cierto, Irella, hola, luego nos ponemos al día.
- ¡NO! No dejesshh que she me lleveeeEEEE! - Alraune chillaba como un crío mientras Khrysta lo arrastraba sin compasión fuera de la sala. Dereck e Irella se quedaron mirando.
- No lo trates muy mal, Khrys! - gritó la joven, ahogando la risa. Drackon suspiró, aunque no pudo evitar fijarse en que Khrysta ni se había recogido el cabello ni se había puesto ropa que la cubriera del cuello a los pies por completo. Incluso en cierto modo parecía más relajada que nunca.
Un rato después, en las afueras...
- Khryshta, déjame entraaar!! Llueve!
- Calla y empieza a correr, desastre con patas - rezongó ella mientras le observaba, protegida por el alero del tejado mientras el joven drackoniano corría en círculos en el patio interior. Estaba diluviando, el ambiente era muy frío y la lluvia era más helada aún.
- Te juro que ya se me ha pashhhado!
- Y yo voy y me lo creo. Sigue corriendo! Más te vale estar sobrio para cuando ese imbécil recobre el conocimiento.
Alraune lloriqueó ruidosamente, aunque para sus adentros estaba espantado. ¿Tanto se había emborrachado? No creía haberle pegado tan fuerte...
Tras alrededor de una hora corriendo, Khrysta le permitió parar, y el empapado joven se acercó a ella, que le tendió una jarra llena de algo humeante.
- Bebe.
- ¡Qué es...?
Khrysta frunció el ceño peligrosamente. Alraune tragó saliva y cogió la jarra para beber un largo trago, pero enseguida lo escupió contra la pared.
- ¡KHRYSTA! ¡ESTO ES ASQUEROSO!
- Ya puede serlo, es te con sal. Bébetelo todo.
- Creo que voy a vomitar.
- Eso sería bueno, limpiaría tu estómago de todo lo que has bebido, pero el té te limpiará la sangre. Bebe.
Haciendo muecas y protestando, consiguió acabarselo tras varios intentos y arcadas varias.
- Quieres matarme... es eso, ¿verdad?
- No seas idiota, con lo que yo te quiero. Ya estás sobrio?
- Creo que si.
- Perfecto, porque voy a tener una charla con Dereck e Irella ahora mismo. Y con ese zoquete de Malraine también en cuanto despierte.
- ¡NO! No dejesshh que she me lleveeeEEEE! - Alraune chillaba como un crío mientras Khrysta lo arrastraba sin compasión fuera de la sala. Dereck e Irella se quedaron mirando.
- No lo trates muy mal, Khrys! - gritó la joven, ahogando la risa. Drackon suspiró, aunque no pudo evitar fijarse en que Khrysta ni se había recogido el cabello ni se había puesto ropa que la cubriera del cuello a los pies por completo. Incluso en cierto modo parecía más relajada que nunca.
Un rato después, en las afueras...
- Khryshta, déjame entraaar!! Llueve!
- Calla y empieza a correr, desastre con patas - rezongó ella mientras le observaba, protegida por el alero del tejado mientras el joven drackoniano corría en círculos en el patio interior. Estaba diluviando, el ambiente era muy frío y la lluvia era más helada aún.
- Te juro que ya se me ha pashhhado!
- Y yo voy y me lo creo. Sigue corriendo! Más te vale estar sobrio para cuando ese imbécil recobre el conocimiento.
Alraune lloriqueó ruidosamente, aunque para sus adentros estaba espantado. ¿Tanto se había emborrachado? No creía haberle pegado tan fuerte...
Tras alrededor de una hora corriendo, Khrysta le permitió parar, y el empapado joven se acercó a ella, que le tendió una jarra llena de algo humeante.
- Bebe.
- ¡Qué es...?
Khrysta frunció el ceño peligrosamente. Alraune tragó saliva y cogió la jarra para beber un largo trago, pero enseguida lo escupió contra la pared.
- ¡KHRYSTA! ¡ESTO ES ASQUEROSO!
- Ya puede serlo, es te con sal. Bébetelo todo.
- Creo que voy a vomitar.
- Eso sería bueno, limpiaría tu estómago de todo lo que has bebido, pero el té te limpiará la sangre. Bebe.
Haciendo muecas y protestando, consiguió acabarselo tras varios intentos y arcadas varias.
- Quieres matarme... es eso, ¿verdad?
- No seas idiota, con lo que yo te quiero. Ya estás sobrio?
- Creo que si.
- Perfecto, porque voy a tener una charla con Dereck e Irella ahora mismo. Y con ese zoquete de Malraine también en cuanto despierte.
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